La obsolescencia programada y el Capital
Hoy en día, se conoce el término “obsolescencia programada” por todos, ya que es un hecho la existencia de esta en nuestros smartphones, ordenadores, impresoras, lavadoras, secadoras, etc.
A día de hoy, aunque se niegue su existencia o se imponga que es ilegal, las empresas siguen haciéndolo constantemente.
A partir de los años 20 es cuando aparece la obsolescencia programada, y es creada para que la economía no se estanque y, por supuesto, para que el tamaño de los bolsillos de los burgueses crezca y el de las clases populares no.
Para los capitalistas es muy importante tener producción a la par que consumidores, ya que, de lo contrario, no tendrían tanto éxito. A ellos lo único que les preocupa es seguir enriqueciendo a ellos mismos, no se trata de satisfacer una necesidad en la sociedad. Lo describen como el “ciclo de vida de un producto” cuando en realidad, con las capacidades tecnológicas de las que disponemos a día de hoy existiría la capacidad de que un producto durase mucho más y fuese perfectamente actualizable.
El único problema en este caso y en muchos otros es la avaricia del capitalista, cuyo objetivo es enriquecerse a través de la plusvalía, como ha sido a lo largo de la historia del Capital, pero se suma tiempo más tarde de su creación, el poder vender productos automáticamente creados para su rápido final.
Además, a causa de la obsolescencia programada, la ciencia no avanza al ritmo al que debería avanzar, no se investiga para que, por ejemplo, una lavadora no dure más tiempo, sino, al contrario, la lavadora deja de ser útil y estás obligado a comprar otra nueva que al cabo de un corto tiempo, supondrá que tengas la necesidad (creada por la obsolescencia programada) de adquirir otra.
Las consecuencias de la obsolescencia programada es que el capitalista, en el caso de la medicina, prefieren medicarte para tratar una enfermedad que crear la cura contra esa enfermedad, de un modo, estarás toda la vida pagando esos tratamientos y del otro, solo pagarás una vez.
En conclusión, nos acabamos dando cuenta que el sistema de producción capitalista no solo es contaminante, sino que es superable, solo un sistema socialista de economía planificada es capaz de acabar con los problemas de raíz y hacer que los productos adquiridos y producidos por la sociedad acabarán siendo eficientes y con el objetivo de que duren mucho más tiempo.
Solo un sistema para la clase obrera acabará con los problemas productivos y científicos.
Fuente: Universidad Obrera, "La obsolescencia programada en el Capitalismo"
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